Se trataba de un cofre de plata, de unos veinte centímetros de largo por siete y medio de alto, forrado en su interior de terciopelo rojo que evidenciaba el paso del tiempo. En la cara superior, ligeramente abombada, y que correspondía a la tapadera de la arquilla, destacaba
un delicado trabajo de orfebrería, que representaba, cincelada en relieve, una águila bicéfala coronada con un pequeño escudo en el centro, esmaltado en colores rojo, blanco y negro. El cierre era igualmente elaborado.
Jaque al Emperador página 71
María Bastitz
Ediciones Áltera
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