Tristeza, pues yo soy tuyo,
tú no dejes de ser mía;
mira bien que me destruyo
sólo en ver que el alegría
presume de hacerme suyo.
mira bien que me destruyo
sólo en ver que el alegría
presume de hacerme suyo.
¡Oh, tristeza!
que apartarme de contigo
es la más alta crueza
que puedes usar conmigo.
No huyas ni seas tal
que me apartes de tu pena;
soy tu tierra natural,
no me dejes por la ajena
do quizá te querrán mal.
que apartarme de contigo
es la más alta crueza
que puedes usar conmigo.
No huyas ni seas tal
que me apartes de tu pena;
soy tu tierra natural,
no me dejes por la ajena
do quizá te querrán mal.
Pero, di:
ya que estó en tu compañía,
¿cómo gozaré de ti,
que no goce de alegría?
Que el placer de verte en mí,
no hay remedio para echallo,
¿quién jamás estuvo así?
que de ver que en ti me hallo,
me hallo que estoy sin ti.
ya que estó en tu compañía,
¿cómo gozaré de ti,
que no goce de alegría?
Que el placer de verte en mí,
no hay remedio para echallo,
¿quién jamás estuvo así?
que de ver que en ti me hallo,
me hallo que estoy sin ti.
¡Oh ventura!
¡Oh amor, que tú hiciste
que el placer de mi tristura
me quitase de ser triste!
Pues me das por mi dolor
el placer que en ti no tienes,
porque te sienta mayor,
no vengas, que si no vienes,
entonces vernás mejor.
Pues me places,
vete ya, que en tu ausencia
sentiré yo lo que haces
mucho más que en tu presencia
¡Oh amor, que tú hiciste
que el placer de mi tristura
me quitase de ser triste!
Pues me das por mi dolor
el placer que en ti no tienes,
porque te sienta mayor,
no vengas, que si no vienes,
entonces vernás mejor.
Pues me places,
vete ya, que en tu ausencia
sentiré yo lo que haces
mucho más que en tu presencia
Juan Boscán.
No me interesa para nada el futbol, pero Cristiano Ronaldo está triste y una noticia así conmueve. Me da tanta pena, pobrecito, que he utilizado el poema de Boscán, que nació poco después del descubrimiento de América, para que este individuo, narcisista y megalómano, se diera cuenta de que la tristeza es patrimonio de todos los mortales desde tiempos lejanos, y así pueda consolarse.
Porque el resto de la humanidad no está triste por querer cobrar más de 1500 euros por hora , o lo que vendría a ser lo mismo, más de 35.000 talegos por jornada laboral, ni tampoco más de 13 millones de euros por año trabajado, y no se los pagan. No, no, patologías a parte, si los españoles estamos tristes es porque en nuestro país hay cinco millones de parados, muchos de ellos profesionales cualificados que con la crisis se les ha ido al traste el negocio, el trabajo o los asuntos que tuvieran entre manos. No pueden hacer frente a su deuda hipotecaria y no les ha quedado más remedio que irse a vivir con sus padres para evitar el desahucio, han tenido que dejar de llevar a sus hijos a colegios privados porque les resulta imposible correr con los gastos, y acuden a Cáritas o al Banco de Alimentos para poder darles de comer.
Y este sujeto, que solo sabe chutar un balón y habría que comprobar si llegaría a hacer la “o” con la ayuda de un canuto, no se le ocurre otra cosa que proclamar, a los cuatro vientos, su tristeza, con la obscena intención de conseguir un aumento de sueldo.
Señores les invito a la reflexión.
MARÍA BASTITZ