lunes, 16 de abril de 2012

* * * * * ¡A LA DERIVA! * * * * *

Hoy  no  tenía  intención  de  hablarles  de  los  Borbones,  el  artículo  ¡A  la  Deriva!  que  les  propuse  el  viernes  pasado,  iba  por  otros  derroteros,  pero  después  del  traspiés   del  Rey  cuando  cazaba  elefantes  en  Botsuana,  y  las  especulaciones  en  torno  a  su  romance  con  Corinna  Sayn-Wittgenstein,  he  cambiado  de  opinión.  Y  como  puedo aprovechar  el  mismo  título,  y  desearía  que  lo  que  expresa  se  hiciera  realidad,  les  diré  lo  que  pienso  de  esta  correría  real   que  puede  costarle  el  trono.

    Cuando  me  enteré  de  la  noticia  creí  que  habíamos  vuelto  a  los  tiempos  de  Francisco  José,  y   a  las  cacerías  de  su  hijo, el  kronprinz  Rodolfo,  en  Mayerling.  Los  lectores  de  Jaque  al  Emperador  saben  de  lo  que  les  estoy  hablando,  con  la  diferencia  de  que  en  el  siglo  XIX  se  contentaban   con  cazar  ciervos,  zorros  y  perdices,  pero  Juanito  tiene  otras  aspiraciones  más  elevadas,  cambia  el  cetro  por  un  rifle  de  cien  mil  euros  y  viaja  a  África  austral,  con  amante  incluida,   en  busca  de  caza  mayor.  Sofía  hace  las  maletas  y  se  va  junto  a  su  familia  griega.
     Y  como  la  máxima  aspiración  de  un  rey  debe  ser  vivir  como  un  rey,  estaría  ocupado  en  asuntos  más  licenciosos  en  un  bungalow  que  no  era  el  suyo,  y  de  madrugada  se  daría  cuenta  de  que  se  había  olvidado  el  cepillo  de  dientes  en  sus  aposentos  botsuanos,  salió  para  ir  a  buscarlo,   tropezó  y  se  cayó  por  las  escaleras.  Se  fracturó  la  cadera,  y  volvió  a  España  hecho  un  guiñapo.
    Pero  no  era  la  primera  vez  que  tenía  que  regresar  a  Madrid  para  que  lo  recompusieran,  hace  años  se  escapó  a  Gstaad,  en  Navidad,  para  esquiar  y  llevar  a  cabo  otros  quehaceres  de  índole  más  privado,  resbaló  con  una  placa  de  hielo, cayó,  se  hizo  una  fisura  en  la  pelvis  y  estuvo  a  punto  de  perder  un  testículo.  Cuando  Sabino  Fernández  Campos  lo  recibió,  a  la  vuelta  de  su  andadura  suiza,  le  comentó: Señor,  con  todo  el  respeto,  he  de  decirle  que  un  rey  sólo  puede  tener ese  lamentable  aspecto  si  regresa  de  las  cruzadas. Gracias  a  este  comentario  el  monarca  lo  relevó  de  sus  funciones  como  Jefe  de  la  Casa Real.  La  recuperación  de  aquel  patinazo  fue  larga,  y  no  en  vano  Felipe  González,  entonces  Presidente  del  Gobierno,  le  sugirió:  Señor  no se  preocupe  de  nada,  nosotros  nos  ocuparemos  de  todo.  Diviértase,  Vuestra  Majestad.
      Y  desde  entonces  no  ha  parado.


       En  la  década  de  los  noventa,  Javier  Ortiz  escribía  en  el  diario  El  Mundo: Si  se  dedica  a  enviar  a su  señora  a  los  actos  oficiales  para  él  marcharse  cada  dos  por  tres  de  alegres  vacaciones,  y  si  además  lo  hace  en  el  preciso  momento  en  que  el  pueblo  llano  está  pagando  sus  impuestos  y  se  muestra  más  sensible  a  los  dispendios  del  Estado,  pues  lo  mismo  va  la  gente  y  se  cabrea,  y  le  da  por  pensar  que  tal  vez  un  presidente  de  la  República  saldría  más  económico.  No  sería  la  primera  vez  que  este  país  hiciera,  por  así  decirlo, Borbón  y  cuenta  nueva.  Como  pueden  ver  aquellas  palabras  de  entonces  siguen  siendo  de  rabiosa  actualidad  ahora.


       Aunque  parece  ser  que  en  esta  ocasión  el  viaje  real  estaba  exento  de  gastos,  dado  que  Su  Majestad  era  el  invitado  de  no  se  sabe  quién,  pero  le  acompañaban   un  médico  de  su  equipo  habitual,  tres  escoltas  pagados  con  fondos  públicos  y  la  bella  Corinna,  una  trepa  más,  para  ayudarle  a  arrugar  las  sábanas.  Todo  por  matar  a  un pobre  animal  indefenso  por  el  módico  precio  de  30.000 euros.  Por  lo  visto  el  rey  ya  no  recuerda  que  en  Navidad  nos  decía: 
Llevamos  varios  años  sumidos en  una  severa  crisis  económica  y  financiera  cuyas  causas  complejas  no  son  siempre  fáciles de  entender,  pero  cuyos   efectos  negativos  son  para  todos  evidentes.  Para  muchos, tristemente  demasiado  evidentes  por  su  dureza.  Es  una  crisis  que  está  llamada  seguramente  a  modificar  hábitos  y  comportamientos  económicos  y  sociales.
      Tal  como  van  las  cosas,  Su  Majestad  tendría  que  aplicarse  su  propia  filosofía,  y  no  permitirse   semejantes  muestras  de  ostentación,  que  encienden  la  sangre  y  conturban  la  conciencia.  De  lo  contrario  ¿Qué  pasará  si  el  pueblo  se  harta,  Sire?  No  vaya  a  pensar  como  sus  antepasados,  los  Borbones  franceses: ¡Que  le  den  morcilla!  porque  puede  tener  que  lamentar  las  consecuencias. 
     Señores,  como  siempre  les  invito  a  la  reflexión.
     Buenas  noches. 

     María  Bastitz

  
       

5 comentarios:

  1. Independientemente de que este hombre siempre haya sido muy mujeriego, lo cual es muy común entre los Borbones, yo creo que lo que la gente no le ha perdonado es que se haya ido a dejarse los cuartos a otro país. Sin embargo, si se hubiera quedado cazando en España y se hubiera gastado aquí esa pasta, nadie le hubiera dicho nada.
    De todas formas, en este país hay Organismos, como la Junta de Andalucía, que se sigue dedicando a regalar su pasta por el Mundo y, sorprendentemente, nadie le ha dicho nada.
    http://www.juntadeandalucia.es/boja/boletines/2012/73/d/28.html
    O sea, que esta gente se sigue gastando alegremente lo que no tenemos y a los demás nos exigen que ahorremos. Además, tienen comprometidas sus subvenciones hasta el 2014.
    Saludos.

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  2. Tienes razón, Aliado. La gente no le perdona la cacería y el despilfarro. Lo de las amantes, siempre ha sido así, aunque un poco de descreción no vendría mal. ¿Dónde se ha visto que Corinna Larsen viaje con él en un avión de la Fuerza Aérea Española y pise la alfombra roja del aeropuerto? si quiere que su amante le acompañe en sus viajes oficiales, que se desplace en vuelo regular, y asunto concluído. Un saludo

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  3. No sé para qué se disculpa el rey sobre cosas que ha hecho toda la vida. Se sabe desde hace mucho que se ha acostado con todas las que ha podido y nadie le ha dicho nunca nada. Incluso, se rumorea que la reina ha hecho lo mismo.

    Es como el viejo chiste: "Padre, me acuso de haber robado 3 vacas, bueno no, cuatro, porque esta noche voy a robar otra".

    Existe un precedente de disculpas reales con su abuelo, Alfonso XIII, cuando ya se iba de estampida hacia el exilio y las disculpas no le sirvieron para nada.

    El problema, a mi modo de ver, ahora está en que la gente ha votado a Rajoy, porque tenía muchas esperanzas puestas en él y sólo esta viendo que cada vez nos pone la vida más difícil. Esto ya no es una crisis económica, es una crisis de supervivencia.

    Por otra parte, tampoco se ve que la Casa Real tenga una conducta como para dar ejemplo, sino todo lo contrario. Con la publicación de todas estas cosas se están rompiendo muchos mitos que todavía se creían algunos.

    Además, como verás, la sombra del extremismo ya planea sobre Europa, como lo hizo en el período de entreguerras y sabemos todos cómo acabó la cosa. De hecho, algunos países están pidiendo que se cierren otra vez sus fronteras.

    Esto puede ser el comienzo del final del euro y de la UE y el inicio de otro aislamiento internacional.

    Esperemos que no salga otro Hitler que saque a las masas a la calle a cambio de prometerles el oro y el moro, porque con la situación actual, ahora lo tendría muy fácil.

    Creo que ahora están intentando buscarse un nuevo enemigo, seguramente Irán, para desviar la atención de la gente de sus problemas habituales.

    Saludos.

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  4. Aquí tienes la prueba del antecedente de Alfonso XIII, pidiendo disculpas al país por su actuación durante su reinado.

    http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1931/04/17/003.html

    Saludos.

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  5. Gracias, Aliado, por la información. Debe ser inherente de los Borbones el no reflexionar sobre la trascendencia de sus actos. Saludos cordiales.

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