Ha llegado la hora de que les cuente la verdad:
Fue una noche tranquila, llamé al timbre del domicilio del President, me abrió la puerta, entré en el vestíbulo, pasé al salón y me invitó a sentarme en el sofá, sin sobresaltos. No hubo cena a la luz de las velas, ni lencería fina, ni pasión, ni cita, porque Más no es mi tipo, tanto es así que ni siquiera anima a que mi mente puede fantasear con la invención. Siento haber provocado falsas expectativas, pero los que me conocen saben que con él no llegaría ni a la esquina.
Todavía le recuerdo, un día caluroso de verano, apoyado en su Audi gris metalizado, haciendo el panoli en la autopista del Maresme, salida Canet de Mar. Pobre Artur, iba al Festival de Música Clásica del Castillo de Santa Florentina a recrear sus oídos con notas de maestros, y se perdió en el camino. Pero no podía ser discreto como cualquier otro mortal, poner en marcha el tom-tom cómodamente sentado en su coche, y buscar el trayecto correcto, habría sido poco teatral para un personaje como él. Todos los que íbamos hacia allí lo contemplábamos, estupefactos, desde nuestros vehículos, de pie en el asfalto, pidiendo auxilio a través de su móvil. Por educación no les voy a decir lo que pensé en aquel momento. Ustedes me perdonarán, pero yo a un hombre tan poco reservado, que nos tiene acostumbrados a notarios, travesías del desierto y paráfrasis varias, nunca le confiaría el corazón, aunque el día 25 de noviembre la inmensa mayoría de los catalanes le entregarán el país.
Se ha erigido como el libertador, cuya imagen, desde que empezó la campaña electoral está colgada en todas partes, y me recuerda a una secuencia de la película Los Diez Mandamientos, aquella en que un Moisés (Charlton Heston) todavía joven, cambiaba su vestimenta de príncipe de Egipto por una túnica, y por influjo divino separaba las aguas del mar Rojo y conducía al pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida. Ahora Artur aparece en la foto con un traje gris, que bien podía ser de Giorgio Armani o de Ermenegildo Zegna, porque Más lleva buenos trajes, y con los brazos abiertos arrastra un oleada de banderas catalanas y esteladas hacia la libertad, bajo el lema La Voluntat d’un poble (La Voluntad de un pueblo).
¿Y qué es lo que una servidora de ustedes puede tener en común con un President mesiánico? ¡Ay! Únicamente la testarudez , la buena educación y haber visitado Moscú.
Primera coincidencia: Ambos somos muy obstinados A él ya le advirtieron desde la Zarzuela que lo suyo era una quimera, a mi la realeza me deja en paz, porque poco les importa lo que pienso. Su insistencia por la secesión no me parece del todo sincera, estoy convencida de que si Artur hubiera conseguido el pacto fiscal habría estado más que contento, fue por ello por lo que pidió al pueblo que se manifestara. Y él no les acompañó, porque justo aquel día y a aquella hora decidió emprender un viaje astral, apoyando a quienes invadían las calles de Barcelona con su espíritu, y el cuerpo se lo olvidó en casa. Si yo fuera independentista preferiría votar a alguien de los que estuvo presente en cuerpo y alma, y si no lo fuera tampoco le escogería a él, porque ese tipo de disociaciones me dan pánico. Ni mucho menos a un individuo como Pere Navarro, con esa tuna de jubilados casposos del PSOE, que canta a su alrededor, venida desde Madrid dispuesta a ayudarle, y cada vez que abre la boca le hunde en la ignominia. Si la jerga del disparate continua, el pobre Navarro acabará pensando: De mis amigos que me libre Dios, que de mis enemigos me defiendo yo. Ni tampoco a la diva trasnochada y esculpida en silicona de Alicia Sánchez Camacho y a su coro de españolísimas, de Cospedal, Sáez de Santamaría y Aguirre, por poner un ejemplo, que cuando visitan Cataluña propagan el miedo con discursos que parecen escritos por el mismísimo Satanás. Y mientras se cruzan las diferencias entre unos y otros, que a veces llegan a alcanzar la falta de respeto, Más oculta su fracaso político a través de la independencia. Y así nadie habla de recortes en sanidad, ni en educación, ni de pérdida de derechos sociales. Pero una vez ganadas las elecciones, Artur, se afanará en aplicar políticas de austeridad, que dejaran los bolsillos de sus votantes, y de los que no lo son, como un trozo de queso Emmental, es decir llenos de agujeros por todas partes.
Yo en cambio, puedo ser más terca que él, y les aseguro que mi terquedad, en muchos momentos de la vida, ha sido, es y será, dado que a estas alturas ya no voy a cambiar, absolutamente real y sincera. Tanto es así, que un día me empeciné en saber lo que le había ocurrido al archiduque Rudolf de Austria-Hungría, porque lo del suicidio por amor no me lo tragaba y lo que me explicaban ni me cuadraba, ni me gustaba. Estudié, investigué, me convertí en aprendiz de escritora y nació Jaque al Emperador.
Ahora que el tiempo y la obstinación me han enseñado a relajar los impulsos y a madurar las ideas, estoy a punto de publicar mi segunda novela, La Archiduquesa Roja. Y frente a Artur juego con ventaja; yo no tengo que ajustarme a un programa electoral, que me impida expresar con claridad según qué tipo de palabras, como independencia, que el President siempre sustituye por una serie de circunloquios lingüísticos que domina como nadie. Ni tampoco llevar al señor Durán de perro faldero, que por mucho que se empeñe, tiene de independentista lo que yo de bombero. Escribo lo que quiero, como quiero y cuando quiero.
Segunda coincidencia: Al President y a mí, nos han educado con esmero, somos de la misma generación, aunque él es mayor que yo. No hablamos un lenguaje chapucero y sabemos comportarnos con corrección ante las situaciones que el día a día nos depara.
Tercera coincidencia: Los dos conocemos Moscú. El President acudió al país de los zares, acompañado de su esposa, a inaugurar el Foro Empresarial Catalunya Rusia, para que numerosas compañías catalanas encontraran oportunidades de negocio en una de las economías emergentes más dinámicas del mundo. Se alojó en la suite Ambassador del Hotel Radisson Royal, de los más lujosos de la ciudad, a orillas del río Moscova, ubicado en el mismo edificio que el legendario hotel Ucrania, es decir en uno de los siete rascacielos de Moscú, construidos por orden de Stalin. El viaje tuvo escasas repercusiones políticas, lo que hace pensar que, Artur y su mujer, disfrutaron de unas mini vacaciones a cargo de los contribuyentes. Claro que el President puede viajar con su esposa siempre que quiera ¡faltaría más! Y hospedarse en una suite lujosísima, pero en época de restricciones, es reprochable que no lo pague de su bolsillo.
En cambio, una servidora de ustedes, viajó hace unos años a la capital de Rusia, en clase turista y se hospedó en un hotel más sencillito y se habría podido llevar a su marido, a su madre y a su abuela porque fue ella quien corrió con los gastos.
Hasta aquí las coincidencias.
Lamentablemente, desde este blog de opinión afirmo que no me creo el discurso de Artur, y me atrevo a sugerirle, dado que el diario El Mundo le ha sacado a relucir los trapitos al sol, y anda preocupado por el asunto de la posible vinculación de su familia y la de Pujol con el caso del Palau de la Música, las cuentas en Suiza para evadir impuestos…etc…etc y ha llegado a asegurar que recurrirá a la Justicia por las infamias vertidas, pero todavía no lo ha hecho, que si ve una bandera estelada, aunque tenga serios problemas de inspiración, piense, la mire detenidamente, y le vendrá a la memoria la letra de aquel bolero: Usted es la culpable de todas mis angustias y todos mis quebrantos. Usted es mi esperanza, mi última esperanza,
comprenda de una vez. Usted me desespera, me mata me enloquece, y hasta la vida diera
por vencer el miedo y besarla a usted
Pero siguiendo con la canción, President, creo que no estaría bien que jugara con nuestros sentimientos, porque tal como están las cosas, es lo único que tenemos. De ser así, espero que no le quede otro remedio que conjugar el verbo dimitir y entrar en la élite de aquellos embusteros que antaño tuvieron relumbrón, y ahora la familia les da la espalda, los amigos dicen no conocer y el resto de la sociedad rechaza de pleno. Desgraciadamente, hoy, en España, disponemos de varios elementos que le servirán de ejemplo. ¡Ah! y recuerde que Moisés nunca pudo entrar en la Tierra Prometida.
Señores les invito a la reflexión. Buenas tardes.
MARÍA BASTITZ
NOTA: Sé que muchos esperaban que les contara lo que pensaba de la independencia, aunque ya he manifestado, en otras ocasiones, que nunca me posicionaría públicamente sobre esta cuestión, y que el título del artículo era: Entre Artur Más y Yo, y no daba para demasiadas diatribas políticas, porque una servidora de ustedes, afortunadamente, no forma parte de este mundo. Pero como no quisiera defraudarles les diré que si desean conocer el tema se pueden dirigir al Colectivo Wilson www.Wilson.cat web independentista. Y si lo que quieren es información sobre el anti independentismo solo tienen que escuchar al Gobierno central y los que se manifiestan, con discursos amenazantes, desde otros puntos de España.
ME ENCANTÓ LO QUE ESCRIBISTE MARÍA. FELICIDADES. UN GRAN BESO
ResponderEliminarGracias, Sara:
ResponderEliminarTú y yo, que hemos tenido largas conversaciones en tierras lejanas y hemos hablado de política y de políticos, sé que estamos de acuerdo en que no se puede jugar con los sentimientos del pueblo. Un besazo
No se debe, pero se puede. Afortunadamente todavía queda gente con criterio que no "milita" sino que exige a sus representantes trabajo y cuentas.
ResponderEliminarFelicitaciones Maria.
Me resisto a creer que la democrácia esté en vías de extinción, aunque en manos de ciertos personajes, temo que así sea. Si existieran decisiones gubernamentales en las que el pueblo pudiera intervenir, y mandar al traste los intereses de algunos políticos, tal vez el mundo sería mejor. Pero estoy soñando, aunque por ahora, Filippos, soñar todavía es gratis. Gracias por seguir mi blog. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno,
ResponderEliminarTu artículo ha quedado profético y Más/Moises, seguirá esperando ver (si lo logra) la tierra prometida.
La verdad pensé que tu artículo versaría sobre tu postura frente a la independencia catalana, pero como lo señalas al final, no era ese tu interés pero veo que como analista política la luz de los resultados de las últimas elecciones, de hambre no te morirás.
¿Qué pudo haber pasado en las elecciones de ayer? Lo que señalas, que los independistas son una minoría, .... qué.
No quiero entrar a polemizar y por cierto aunque alguna que otra idea puedo tener para las autonomías, los "sudaquitas" consientes de su herencia española, prefieren hablar de eso que de su herencia, gallega, andaluza o catalana por separado....
Enhorabuena por el artículo al margen de tus sentimientos. Creo que es señal de mesura y objetividad.
Estimado Juan B:
ResponderEliminarSucede que el 11 de septiembre de este año se manifestaron en las calles de Barcelona un millón y medio de personas a favor de la independencia, aunque esto es solo una muestra de la población de Cataluña. Pero Artur y los suyos obviaron el detalle. Y como cada uno de nosotros nos movemos en unos círulos determinados, pensamos que nuestra opinión es la misma que la de los demás,es decir tendemos a generalizar, y es aquí donde Más y sus seguidores se equivocaron. Todos tenemos derecho a votar, y no podemos ser tan incautos para creer que un peón de la área metropolitana de Barcelona votará lo mismo que su vecino electricista e independentista, o que el que grita independencia desde una posición acomodada coincidirá en manera de pensar con aquellos que viven al borde de la marginalidad, o el que es hijo de inmigrantes extremeños, por poner un ejemplo, que ha prosperado y ahora es un empresario de renombre que vive un barrio elitista, o un anciano que teme por su pensión. Y entonces llega la bofetada. Luego hay que tener en cuenta los fantasmas de la Guerra Civil...como para que los hijos de quienes la vivieron se lancen a la secesión sin pensárselo. En difinitiva es muy complicado y Más no tiene ni el perfil, ni la capacidad de liderazgo para capitanear semejante aventura.
Un abrazo
Pimpinela, muchas gracias por tu respuesta.
ResponderEliminarFíjarte que en Chile hubo un a cobertutra periodística bastante mayor a la que se dedica en estos casos, con mapas de España y dibujitos explicando los distintos idiomas o los tipos de autonomía, como también cuando la consiguieron.
Pero te digo una cosa: me cuesta entender los separatismos, sobre todo en territorios que históricamente (entendamos 500 años o más) han formado parte de un país. De Bélgica o la ex Yugoeslavia, no me sorprende tanto (aunque días atrás hablé con un esloveno y me dijo que las razones fueron más económicas que otra cosa), pero España como la conocemos hoy no difiere mucho en sus límites a la que había 500 años atrás ¿o me equivoco? salvo el país Navarro, creo yo y Portugal que en algún minuto junto su corona a la de España, pero manteniendo sus fueros. Quizás tenga que ver la página que recomiendas a ver si logro entender el punto de vista que es lo que quiero, pero a veces caen en lo folletinesco.
Ahora, de lo que no puedo opinar con seguridad es si Cataluña hace 500 años tenía más autonomía que ahora. Por otra parte hace poco en un medio chileno "El Mercurio" con motivo de nuestra independencia, decía que si la corona hubiese seguido en los Habsburgo el proceso de indenpendencia de las colonias españolas de Ameríca, hubiese comenzado mucho más tarde.
Lo que me encantado de tu artículo es la objetividad y el no encandilarte con un político determinado. Puede que quizás votaste a favor de Mas por un tema testimonial, que es válido también, pero con la cabeza bien amueblada.
Saludos desde Chile.
Estimado Juan B:
ResponderEliminarEl problema viene desde los Reyes Católicos, con aquello del "tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando". Con el fin del reinado de la casa de Austria en España y la guerra de Sucesión los problemas se agravaron porque los territorios hostiles a Felipe V, como era el caso de Cataluña perdieron sus fueros. No se si te has leído las dos partes de la crónica relativa a la Guerra de sucesión que vengo escribiendo en este blog, y que se titula Barcelona, Once de Septiembre de 1714, la última parte que publicaré en breve, te aclarará algunos de estos temas. ¡Ah! y completamente de acuerdo con "El Mercurio".
Un abrazo desde Barcelona.
Pues yo creo que todo esto de que Mas esté a favor de un referéndum de independencia es mucho más enrevesado de lo que parece.
ResponderEliminarEn primer lugar, ellos llegaron al gobierno con una Cataluña muy endeudada y que ya había sido muy radicalizada por el anterior gobierno del tripartito.
CIU, que nunca ha tenido pretensiones de independencia o, por lo menos, nunca se ha pronunciado en público al respecto, tenía que poner “encima de la mesa” un catalanismo mucho más radical, para poder ganar las anteriores elecciones.
Como Mas y su amigo Pujol se han dado cuenta que se les había ido la mano, no se les ha ocurrido otra cosa que organizar estas elecciones para que se vea que el pueblo no quiere y Madrid, tampoco. Así ellos quedarán libres de toda culpa, nadie les achacará que no hayan intentado la independencia y volverán a bajar el nivel de catalanismo, tal como siempre lo habían tenido, porque a ellos nunca les ha interesado separarse. Eso sí, le echarán toda la culpa a Madrid, como siempre.
Aliado:
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo, ya lo digo en el artículo, Más habría estado más que contento con el pacto fiscal. Pero el asunto de la independencia tiene un componente histórico, la unión de dos reinos y la supresión de los fueros que se entrecruza con la grave crisis económica y política actual. Saludos muy cordiales.